Si a los padres nos pusieran en el brete de hacer pública nuestra predilección por un hijo o una hija, rehuiríamos hacerlo aun en lo íntimo de nuestras conciencias e incluso en el caso de que fuera notoria la excelencia de un vástago sobre los demás. Es así: los lazos de sangre difícilmente admiten razonamientos; vienen impuestos por su propia naturaleza.
No sucede lo mismo en las agrupaciones sociales, cuyos lazos de pertenencia son fruto más o menos de acuerdo o conveniencia. Es verdad, por ejemplo, que no elige uno el lugar donde nace, pero sí está en las manos de cada cual el grado y el modo de implicación en el conjunto que forman los nacidos en el mismo lugar. Y de las opciones individuales posibles hay unas que fortalecen más que otras la cohesión del conjunto. No es de extrañar, por tanto, que los representantes y portavoces de una organización social, al contrario que los cabezas de familia, señalen, y exalten incluso, cómo y en qué medida la obra de uno de sus miembros contribuye a hacer más fuerte la vida del conjunto que ellos representan.
Es lo que viene a justificar el nombramiento de alguien como "hijo predilecto" del pueblo donde nació. "Pre-diligere" significa amar por delante de los demás; y no se trata, además, de un amor genérico (que para eso tenemos "amare") sino de un amor discriminatorio, porque por su composición indica siempre separación y diferencia entre al menos dos y su raíz es la de elegir: o sea, "prediligere" es amar más o antes que a otros.
Pues bien, a mi hermano el mayor, Diego, lo ha nombrado "hijo predilecto"
Estuve el día 10 pasado en el acto público de entrega, junto con otras, de la distinción descrita en el Teatro Municipal de Valverde. La ovación de asentimiento del público asistente a la mención del nombre de Diego fue una prueba más del acierto de
2 comentarios:
Querido Tío Daniel:
Muchísimas gracias por tus comentarios al nombramiento de hijo predilecto de tu hermano y mi padre y por tu explicación literal del término, que desconocía y mira por donde ahora si que cobra más sentido, para mí, el nombramiento, pues si algo le sobraba a mi padre era capacidad de amar a Valverde, con sus defectos y con sus virtudes, pero con un exquisito saber estar en cualquier ambiente y con cualquier persona. Te podría decir muchísimos consejos que me dió, pero uno en particular me ha quedado grabado para siempre y una vez aplicado siempre recibo grata recompensa y es "Niño, intenta siempre ponerta a la altura cultural e intelectual del individuo que tengas delante, nunca le muestres, a priori, que sabes más que el o que sabes menos, escuchalo, aprende, analiza y seguramente habrá cambiado tu primera opinión sobre el y podrás comuicarte adecuadamente...". Esto que parece simple, desgraciadamente hoy se da muy poco y sobre todo en una sociedad que hipervalora los logros personales e individuales para con uno mismo, independientemente de que son enriquecedores,(leer mucho, sacar una carrera, tener exito empresarial, etc) y no le da tanta importacia al desarrollo de tener capacidad de interrelacionarse, de comprensión de las carencias de cada uno, de saber vencer y sobre todo comprender la "mediocridad", de en definitiva pensar en positivo e intentar sacar lo mejor de cada individuo. Mi padre lo hacía a la perfección y por ello sembró tantos amigos y a la vez logró una cultura inmensa.
Un abrazo tu sobrino que lo es Manolo Romero Boza.
Perdona que irrumpa así en tu post.
Acaba de nacer un nuevo blog:
"EL COCHE DE SAN FERNANDO"
http://andreadoria.wordpress.com/
Perdona, Gracias y Saludos
Doria
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