martes, 12 de diciembre de 2023

La tierra firme de Pedro Sánchez




 

A diferencia de a Borrell, al que conocí en mis tiempos de Madrid, cuando ambos militábamos en la Federación Socialista Madrileña, a Pedro Sánchez yo no lo conocía de nada. Mi vida no estaba ya en Madrid cuando las primarias de 2014. 

Después del derroche de energías que supusieron, hasta el agotamiento, las cuatro legislaturas de gobierno de Felipe González, el PSOE anduvo buscando terrenos firmes desde los que encarar un futuro organizativamente nuevo y políticamente fructífero. Después de ensayar con dirigentes señalados por los responsables orgánicos del momento, se llegó a la determinación de que decidieran directamente los militantes con su voto. Llegaron así las primarias, primero  para candidato a la Presidencia del Gobierno en 1998, y más adelante, para candidato a Secretario General.

Tanto en 1998 con Borrell como en 2014 con Pedro Sánchez mi voto se ajustó a un mismo criterio: apoyar al compañero menos deudor del aparato que había que renovar, o, en otras palabras, al candidato con menos padrinos. Y así fue: Borrell y Pedro Sánchez salieron airosos en sendos procesos con la fuerza exclusiva de nuestros votos, del voto de los militantes. Era el terreno sólido de un partido político, de una organización social, más que centenario.

Mi complicidad con Pedro Sánchez, pues, ha condicionado necesariamente la lectura del libro que salió al público el pasado día 4. Y estas líneas no son, por tanto, una recensión del mismo; transmiten, si acaso, algunos de los sentimientos que he tenido al leerlo.

 

No hay una España que no sea a la vez Europa. Europa no es una instancia a la que se va a pedir o a denunciar o a no sé qué más. Europa es lo que decidimos los europeos. Las decisiones de Europa son decisiones nuestras, y decisiones nuestras pueden llegar a ser europeas.

El empeño socialdemócrata es el mejor modo de garantizar la convivencia en igualdad, en libertad, solidaria y económicamente próspera.

En la acción política tan importante es resolver los problemas del día a día como afrontar planes de futuro a medio y largo plazo.

Hay transformaciones, como el cambio climático, la transformación energética y el cambio digital, que o bien las dirigimos los humanos o bien acaban ellas arrollándonos a nosotros. 

El autor familiariza al lector con su experiencia de gobernante, con reflexiones que acompañan o fundamentan sus decisiones políticas, con trozos de su vida personal, con consideraciones sobre el mundo en que vivimos, e invita a compartir con él por dónde, con qué medios, desde qué presupuestos y para qué objetivos habría que actuar.

La división del texto en breves capítulos hace fácil la lectura

miércoles, 6 de diciembre de 2023

García-Page en "Salvados"


He visto el programa de Gonzo del pasado domingo 3 de diciembre con una larga entrevista del Secretario General del PSOE de CLM y Presidente de esta Comunidad, Emiliano García-Page.

Después de un paseo inicial por el centro de Toledo, durante el cual se acercan algunos ciudadanos a saludar al hombre público al que han reconocido, la entrevista propiamente dicha entremezcla preguntas directas del entrevistador al entrevistado y conversaciones, más o menos dirigidas, del entrevistado con personas de extracción varia: un miembro de la ejecutiva de la agrupación socialista de un pueblo de Málaga,  un profesor jubilado simpatizante "más del PP que del Psoe" junto con un estudiante de Periodismo y Audiovisual en la Carlos III, una farmacéutica catalana y de raíces ciudarrealeñas exvotante del Psoe y actualmente independentista, y un joven gitano exmilitante del Psoe de Puertollano hoy votante de Sumar junto con una dirigente de Sumar de Miguelturra.

Lo primero que me ha llamado la atención es que, dedicando "el 99% de mi tiempo a los problemas de la Región" (según el propio Emiliano confiesa), la casi totalidad del tiempo del programa en que él es protagonista se centra en un blanco tan pequeño como Puigdemont-amnistía-Cataluña. Ni una sola palabra sobre realidades de convivencia tan importantes como el nivel de empleo, el salario mínimo interprofesional, la reforma laboral, la ley de eutanasia, la guerra en Palestina, el aumento de las pensiones, los fondos europeos que llegan a la Región gracias a los logros del Gobierno de Pedro Sánchez en la CE... Nada. 

El dato resulta tanto más falto de lógica cuanto que, en un momento de la entrevista, Gonzo le pide a Emiliano que califique su relación (de coincidencia) con Pedro Sánchez en una escala del 1 al 10, y él responde que "en política social, un 8; y en política territorial ..., un 2".

Casi al comienzo el conductor del programa le saca lo del abandono del Psoe por parte de su hermano. Él responde que intentó convencerlo "para que aguantara un poco más...". Militar en el Psoe es tan libre a la hora de salir como a la de entrar: si dejas de pagar la cuota un tiempo determinado o comunicas que te den de baja, dejas de ser militante. No hay necesidad de justificarlo con un manifiesto de disconformidad política, y no sé si Emiliano sabía que cuando su hermano fue a votar en la consulta sobre los acuerdos de gobierno con Sumar y otros grupos parlamentarios le dijeron que no podía hacerlo porque había causado baja por falta de pago. Sobraba la carta manifiesto y faltaba el pago de la cuota.

El entrevistador pregunta a Emiliano si no se había sentido incómodo el Secretario General del Psoe de CLM al ver que el 78% de los militantes de su federación habían votado sí en la mencionada consulta, siendo notoria su posición en contra (que el propio entrevistado se encarga de ilustrar aludiendo en el programa a su intervención, dice que en un "ambiente que se podía cortar con un cuchillo", en el Comité Federal en que se acordó proceder a la consulta). Y Emiliano responde: 

"Me sorprendió más que casi el 40% de los militantes, pudiendo votar por móvil, con lo fácil que es, ni siquiera lo hiciera".

¿Qué piensa entonces mi compañero Secretario General de los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo en España, en las que sólo acudió a votar el 64,3% de los que tenían derecho a hacerlo? ¿O de los de las presidenciales estadounidenses de 2020, en las que votó el 62,4% del censo? ¿O, por no extenderme más, de los resultados de las suyas mismas de 2019, en las que casi 30 de cada 100 votantes no acudieron a las urnas? ¿Dónde considera él, como líder político, que hay que poner el límite de abstención democráticamente aceptable?

Y, luego, la amnistía: se resiste a contemplar a Puigdemont entrando por La Junquera con las manos en los bolsillos. Encerrado en este planteamiento reduccionista, ni el más mínimo análisis de la exposición de motivos de la proposición de ley presentada por nuestro común Partido, ni una referencia al obligado debate en las Cortes que conlleva la conversión de una proposición de ley en ley sancionable por el Rey, ni una llamada a la tranquilidad, en fin, porque, tratándose de ley orgánica, sólo será aprobada con el sí de la requerida mayoría absoluta y que su aplicación correr´a cargo de los jueces. El esquema es esperpéntico: Puigdemont empecatado se perdona a sí mismo.

En la propia entrevista se ofrecen, por último, dos datos que me parecen reseñables: uno, Emiliano advierte que fue el primer presidente autonómico en meter a Podemos en su gobierno (se calla que saltándose la obligación estatutaria de consulta previa a los militantes) y que luego alcanzó la mayoría absoluta, pero deja de señalar que el PSC, después de los indultos, ha sacado en las generales más votos que EC y JxCat juntos. Y dos, los ciudadanos a los que se pregunta expresamente por la amnistía en el programa dicen que nos les causa preocupación alguna.