martes, 12 de diciembre de 2023

La tierra firme de Pedro Sánchez




 

A diferencia de a Borrell, al que conocí en mis tiempos de Madrid, cuando ambos militábamos en la Federación Socialista Madrileña, a Pedro Sánchez yo no lo conocía de nada. Mi vida no estaba ya en Madrid cuando las primarias de 2014. 

Después del derroche de energías que supusieron, hasta el agotamiento, las cuatro legislaturas de gobierno de Felipe González, el PSOE anduvo buscando terrenos firmes desde los que encarar un futuro organizativamente nuevo y políticamente fructífero. Después de ensayar con dirigentes señalados por los responsables orgánicos del momento, se llegó a la determinación de que decidieran directamente los militantes con su voto. Llegaron así las primarias, primero  para candidato a la Presidencia del Gobierno en 1998, y más adelante, para candidato a Secretario General.

Tanto en 1998 con Borrell como en 2014 con Pedro Sánchez mi voto se ajustó a un mismo criterio: apoyar al compañero menos deudor del aparato que había que renovar, o, en otras palabras, al candidato con menos padrinos. Y así fue: Borrell y Pedro Sánchez salieron airosos en sendos procesos con la fuerza exclusiva de nuestros votos, del voto de los militantes. Era el terreno sólido de un partido político, de una organización social, más que centenario.

Mi complicidad con Pedro Sánchez, pues, ha condicionado necesariamente la lectura del libro que salió al público el pasado día 4. Y estas líneas no son, por tanto, una recensión del mismo; transmiten, si acaso, algunos de los sentimientos que he tenido al leerlo.

 

No hay una España que no sea a la vez Europa. Europa no es una instancia a la que se va a pedir o a denunciar o a no sé qué más. Europa es lo que decidimos los europeos. Las decisiones de Europa son decisiones nuestras, y decisiones nuestras pueden llegar a ser europeas.

El empeño socialdemócrata es el mejor modo de garantizar la convivencia en igualdad, en libertad, solidaria y económicamente próspera.

En la acción política tan importante es resolver los problemas del día a día como afrontar planes de futuro a medio y largo plazo.

Hay transformaciones, como el cambio climático, la transformación energética y el cambio digital, que o bien las dirigimos los humanos o bien acaban ellas arrollándonos a nosotros. 

El autor familiariza al lector con su experiencia de gobernante, con reflexiones que acompañan o fundamentan sus decisiones políticas, con trozos de su vida personal, con consideraciones sobre el mundo en que vivimos, e invita a compartir con él por dónde, con qué medios, desde qué presupuestos y para qué objetivos habría que actuar.

La división del texto en breves capítulos hace fácil la lectura

miércoles, 6 de diciembre de 2023

García-Page en "Salvados"


He visto el programa de Gonzo del pasado domingo 3 de diciembre con una larga entrevista del Secretario General del PSOE de CLM y Presidente de esta Comunidad, Emiliano García-Page.

Después de un paseo inicial por el centro de Toledo, durante el cual se acercan algunos ciudadanos a saludar al hombre público al que han reconocido, la entrevista propiamente dicha entremezcla preguntas directas del entrevistador al entrevistado y conversaciones, más o menos dirigidas, del entrevistado con personas de extracción varia: un miembro de la ejecutiva de la agrupación socialista de un pueblo de Málaga,  un profesor jubilado simpatizante "más del PP que del Psoe" junto con un estudiante de Periodismo y Audiovisual en la Carlos III, una farmacéutica catalana y de raíces ciudarrealeñas exvotante del Psoe y actualmente independentista, y un joven gitano exmilitante del Psoe de Puertollano hoy votante de Sumar junto con una dirigente de Sumar de Miguelturra.

Lo primero que me ha llamado la atención es que, dedicando "el 99% de mi tiempo a los problemas de la Región" (según el propio Emiliano confiesa), la casi totalidad del tiempo del programa en que él es protagonista se centra en un blanco tan pequeño como Puigdemont-amnistía-Cataluña. Ni una sola palabra sobre realidades de convivencia tan importantes como el nivel de empleo, el salario mínimo interprofesional, la reforma laboral, la ley de eutanasia, la guerra en Palestina, el aumento de las pensiones, los fondos europeos que llegan a la Región gracias a los logros del Gobierno de Pedro Sánchez en la CE... Nada. 

El dato resulta tanto más falto de lógica cuanto que, en un momento de la entrevista, Gonzo le pide a Emiliano que califique su relación (de coincidencia) con Pedro Sánchez en una escala del 1 al 10, y él responde que "en política social, un 8; y en política territorial ..., un 2".

Casi al comienzo el conductor del programa le saca lo del abandono del Psoe por parte de su hermano. Él responde que intentó convencerlo "para que aguantara un poco más...". Militar en el Psoe es tan libre a la hora de salir como a la de entrar: si dejas de pagar la cuota un tiempo determinado o comunicas que te den de baja, dejas de ser militante. No hay necesidad de justificarlo con un manifiesto de disconformidad política, y no sé si Emiliano sabía que cuando su hermano fue a votar en la consulta sobre los acuerdos de gobierno con Sumar y otros grupos parlamentarios le dijeron que no podía hacerlo porque había causado baja por falta de pago. Sobraba la carta manifiesto y faltaba el pago de la cuota.

El entrevistador pregunta a Emiliano si no se había sentido incómodo el Secretario General del Psoe de CLM al ver que el 78% de los militantes de su federación habían votado sí en la mencionada consulta, siendo notoria su posición en contra (que el propio entrevistado se encarga de ilustrar aludiendo en el programa a su intervención, dice que en un "ambiente que se podía cortar con un cuchillo", en el Comité Federal en que se acordó proceder a la consulta). Y Emiliano responde: 

"Me sorprendió más que casi el 40% de los militantes, pudiendo votar por móvil, con lo fácil que es, ni siquiera lo hiciera".

¿Qué piensa entonces mi compañero Secretario General de los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo en España, en las que sólo acudió a votar el 64,3% de los que tenían derecho a hacerlo? ¿O de los de las presidenciales estadounidenses de 2020, en las que votó el 62,4% del censo? ¿O, por no extenderme más, de los resultados de las suyas mismas de 2019, en las que casi 30 de cada 100 votantes no acudieron a las urnas? ¿Dónde considera él, como líder político, que hay que poner el límite de abstención democráticamente aceptable?

Y, luego, la amnistía: se resiste a contemplar a Puigdemont entrando por La Junquera con las manos en los bolsillos. Encerrado en este planteamiento reduccionista, ni el más mínimo análisis de la exposición de motivos de la proposición de ley presentada por nuestro común Partido, ni una referencia al obligado debate en las Cortes que conlleva la conversión de una proposición de ley en ley sancionable por el Rey, ni una llamada a la tranquilidad, en fin, porque, tratándose de ley orgánica, sólo será aprobada con el sí de la requerida mayoría absoluta y que su aplicación correr´a cargo de los jueces. El esquema es esperpéntico: Puigdemont empecatado se perdona a sí mismo.

En la propia entrevista se ofrecen, por último, dos datos que me parecen reseñables: uno, Emiliano advierte que fue el primer presidente autonómico en meter a Podemos en su gobierno (se calla que saltándose la obligación estatutaria de consulta previa a los militantes) y que luego alcanzó la mayoría absoluta, pero deja de señalar que el PSC, después de los indultos, ha sacado en las generales más votos que EC y JxCat juntos. Y dos, los ciudadanos a los que se pregunta expresamente por la amnistía en el programa dicen que nos les causa preocupación alguna.

 

domingo, 13 de agosto de 2023

Lo que no nos cuenta “Oppenheimer”

 El 16 de julio de 1945 el ser humano llevó a cabo su primera explosión nuclear: con la prueba de Trinity en el campo militar de Arenas Blancas (White Sands), Nuevo Méjico, Norteamérica culminaba el “proyecto Manhattan” acordado para el desarrollo de armas nucleares al final de los años treinta (https://YouTube.be/7dfK9G7UDo).

En contra del relato impuesto, el área del sur de Nuevo Méjico donde tuvo lugar la prueba no estaba toda deshabitada; vivían allí, en un radio de 80 kilómetros, más de 13.000 personas, que, después de creer que estaban viviendo el fin del mundo sin que nadie les hubiera avisado de nada, sufrieron en los días siguientes una lluvia de cenizas contaminadas con plutonio. Según un estudio llevado a cabo en 2010 por los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), los niveles de radiación en algunos de aquellos parajes habitados fueron casi 10.000 veces superiores a los que hoy se consideran permitidos en sitios públicos.

Tina Cordova, cofundadora del Tularosa Basin Downwinders Consortium, cuenta (https://www.nytimes.com/2023/07/30/opinion/international-world/oppenheimer-nuclear-bomb-cancer.html?smid=nytcore-ios-share&referringSource=articleShare) que su papá, entonces un niño de cuatro años, “siguió su vida como si nada, bebiendo leche fresca y comiendo las frutas y verduras frescas nacidas del suelo contaminado. Para los 65 años ya había desarrollado tres tipos de cáncer, principalmente bucales”.


lunes, 27 de febrero de 2023

García Page y el nobel Canetti

 

 

Este sábado 25 el PSOE de CLM (su ejecutiva) me informó por whatsapp de que "Page volverá a ser el candidato del PSOE a la presidencia de Castilla-La Mancha". En el vídeo que luego recuperé en las redes, con la soltura y hasta el desparpajo que le son característicos, el compañero Emiliano comunica, dirigiéndose a Monse (la alcaldesa de Cañete adonde ha llegado de visita), lo siguiente:

"Hoy a primera hora, antes del salir, he firmado un documento aceptando ser de nuevo el candidato por mi partido para repetir en Castilla-La Mancha (aplausos)."

Y comenta a continuación: "Esto es algo que para algunos puede tener importancia, para otros no; pero tengo claro que este paso en mi vida, lo doy fundamentalmente por dos razones". 

Con el alma en vilo, me dispongo a conocer, si no todas, por lo menos las dos razones fundamentales de tan importante decisión. 

Empieza la enumeración: "La primera, porque mi partido me permite, acepta, asume que para mí esté muy por delante del propio partido y de todos los partidos juntos, que esté muy por delante, Castilla-La Mancha, y que por supuesto esté muy por delante España (aplausos)."

Emiliano se esfuerza en dejar bien clara esta primera razón: "Eso me importa mucho más que todo lo demás. Si no lo aceptaran, yo nunca sería candidato; si no se aceptara, yo nunca sería candidato porque no podría, no podría quedar bien con las dos cosas que me importan en la vida: mis ideas y mi país. Esto es elemental."

Se ve que esa razón, la primera, es tan fundamental, que ya no necesita Emiliano decir cuál es la segunda, dado que, por ir al grano, su partido le "permite, acepta y asume" que, para él, "muy por delante" de todos los partidos, incluido el propio PSOE, está Castilla-La Mancha y por supuesto España, de modo que, si no lo "aceptaran", si no "se aceptara", Emiliano "nunca sería candidato".

 ¿Por qué? Muy sencillo: porque ello "no quedaría bien con las dos cosas que me importan en la vida". De nuevo un binomio, que esta vez Emiliano sí enumera el detalle: las dos cosas que le importan son "mis ideas y mi país".

Al final Emiliano García Page me deja inquieto porque, aunque sí ha hablado de Castilla-La Mancha y España, y se entiende fácilmente que ambas son su país, ha señalado solamente una idea: la que se refiere a que ese su país "está muy por delante" de los partidos.

No pude evitar la tentación. Para ver de dónde podrían haber llegado, y quiénes serían, los que no hubieran permitido, aceptado y asumido sus prioridades, me fui al documento más plagado de ideas en la vida del PSOE: el de las Resoluciones del 40 Congreso, de 15/16/17 OCT 2021. Son ni más ni menos que 490 páginas dedicadas, todas ellas, a ideas: a los problemas, las aspiraciones y las posibles vías de solución en favor de las personas que conforman el país de Emiliano García Page, es decir España y por supuesto Castilla-La Mancha.

O sea, país e ideas.

En medio de estas consideraciones reparé en que el acto donde Emiliano anunciaba tal decisión se estaba celebrando en Cañete. Este topónimo da origen al apellido del nobel de Literatura Elías Canetti, autor, entre otras obras, de la autobiográfica La palabra absuelta y del macroensayo político Masa y poder. Búlgaro, nacido en la preciosa ciudad danubiana de Ruse, donde pasó la infancia, era familiar por vía paterna de judíos sefarditas a los que la cerrazón neonacionalista de los Reyes Católicos había obligado a abandonar la baja serranía conquense con el solo equipaje de la lengua, el ladino, y la huella de su pueblo, Cañete, en el apellido familiar (italianizado) Canetti. Su producción literaria es alemana, y murió en Zúrich, después de haber vivido sobre todo en Viena y Londres. Un habitante del mundo, habría que decir. 

No sé si lo hizo en la parte no grabada de su discurso, pero García Page tuvo una buena ocasión para comentar, al hilo de la peripecia vital de Elías Cañete, los peligros de una España ensimismada, y apostar expresamente por el propósito que los españoles  tenemos formulado en el Preámbulo de la Constitución: 

"Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones."

Me resultó consolador que la alcaldesa en la que Emiliano García Page personificó el auditorio de su confesión pública, una mujer del PSOE y, a juzgar por los votos, bien valorada por sus vecinos, llevara el nombre descaradamente catalán de Monserrat. 

 

 

 

miércoles, 5 de enero de 2022

Muñoz Molina y la política

 

Hace unos días ( "Nuevos compatriotas", Babelia de 18 de diciembre) Muñoz Molina, quejándose de lo que había tardado la nacionalización de su amigo William Schislett, describía a España así: "Este es un país donde el espectáculo grosero y frívolo de la política agota las energías que debieran dedicarse a idear y poner en práctica políticas de calado en beneficio de la mayoría, y en el que una gran parte de esas políticas necesarias que sí salen adelante quedan malogradas o se frustran del todo por culpa de una Administración superpoblada en lo superfluo, en la morralla del clientelismo político, pero muy mermada en todo lo fundamental...". Es como si, por habérsele atragantado el hueso, hubiera decidido echar por tierra no sólo la aceituna sino el olivo mismo, al olivarero y el olivar. 

Esta forma exagerada de diagnosticar cosas que no le gustan no es nueva en nuestro escritor y académico, que debió sufrir esa morralla de la que habla cuando fue director del Instituto Cervantes de Nueva York o   funcionario del Ayuntamiento de Granada.

El año pasado Muñoz Molina publicó un libro (Volver a dónde, Seix Barral, 2021) en el que, según él mismo dice (https://www.todoliteratura.es/, 8 septiembre 2021), utiliza sus "cualidades narrativas para dejar testimonio de lo que va pasando cerca de mí. Aquí no puedo inventar." Debió ser ésa su pretensión, pero el propio editor de la obra la presenta a los lectores ("Sinopsis") como "un lúcido análisis de la España actual a la vez que refleja la transformación irreversible de nuestro país durante el último siglo". Y, de hecho, sólo cincuenta de los doscientos veintiocho capitulillos del libro se dedican a ese "dejar testimonio de lo que va pasando cerca de mí"; los otros ciento setenta y ocho son un cúmulo sobre todo de valoraciones de la realidad española,  entre las que ocupan lugar importante la política y los políticos de la España actual. Para el autor de Volver a dónde el mal de la realidad española, que observa en estos tiempos de pandemia desde el balcón de su piso o en sus paseos madrileños, toma figura en la política y sus actores. Valga un florilegio de lo que considera que ve:

De la clase política son propias la "palabrería y la gesticulación irresponsables" (página 26). "El común de la gente en España es más racional y templada que la mayor parte de la clase política" (página 30). "El Estado central se fue desmantelando atolondradamente, de acuerdo con los trapicheos políticos de cada momento" (página 46). "Las divisiones son demasiado profundas, no porque la gente común se haya vuelto más sectaria, sino porque la parte nociva de la clase política se ha dedicado a alimentarlas y ahondarlas, y hasta a inventarlas cuando no existían". (página 47).  "Millones de personas actúan con responsabilidad y disciplina y jugándose la vida, y mientras tanto esa chusma de políticos venenosos que tanto se odian entre sí se confabula sin embargo en una sola cosa: hacer imposible que nuestro país tenga un sistema de convivencia y de buen gobierno " (página 74). "Será preciso abrir las escuelas. Pero los responsables políticos o han desaparecido o están de vacaciones o distraídos en sus intrigas y disputas" (página 161). "La clase política, en su mayor parte, se revela como una turba parásita que no se preocupa de arreglar los problemas verdaderos que existen, sino de hacerlos tan graves que ya no tengan remedio" (página 163). "En vez de favorecer el sentido común y la concordia, el azote del virus alienta todavía más la inercia destructiva de la clase política española... El desastre es la ciénaga en la que ellos chapotean intercambiando insultos y garrotazos" (página 254). "Tuvimos el confinamiento más estricto de Europa. Los histriones de la política lo desmontaron a toda prisa, para que vinieran los turistas" (página 190). "Los contagios y los muertos seguían subiendo rápidamente en Madrid y los forajidos de la política, los majaderos y los malvados, continuaban con sus broncas" (página 250). 

A un académico hay que exigirle que dote las palabras de las tres propiedades del buen discurso: belleza, propiedad y verdad. Y, sinceramente, me cuesta reconocer que en toda esa chusma de forajidos, majaderos y malvados que chapotean en el desastre y se dejan llevar de su inercia destructiva, se describa con propiedad y verdad a cientos y cientos de personas que he conocido y que han dedicado parte de su vida a la gestión de los intereses comunes, amparadas además por el voto, a veces contumaz, de miles y miles de esos españoles, que al parecer, ellos sí, son racionales y templados y actúan con responsabilidad y disciplina, y jugándose la vida.

Me ha inquietado el diagnóstico que el autor se atreve a hacer a partir de los síntomas descritos: "Ahora nos damos cuenta del daño que hemos sufrido por pasar varios años sin tener un gobierno estable, firme, resolutivo, por culpa del extremismo y la frivolidad de unos y otros" (página 47).

Para orientarme algo ante esta bella desmesura, he vuelto a lo que aseguraba el profesor Ignacio Sánchez-Cuenca en La desfachatez intelectual. Escritores e intelectuales ante la política (Catarata, 2016): "Las intervenciones políticas de Antonio Muñoz Molina ... se basan en muchos casos en la contraposición entre unos valores morales encarnados por él mismo y la traición a dichos valores de una clase política ignorante y sin visión que condena a España a mantenerse en un atraso secular" (posición 173). "Defiende tesis que, despojadas de su buen estilo literario, no pueden ser tomadas seriamente" (posición 324).

Como seguramente les pasará a cuantos ejercen y apoyan la crítica a la acción política y a sus actores, me produce sorpresa, y también preocupación, que, con la capacidad que tienen de volcar sus opiniones en verdaderas delicias literarias (es el caso de Volver a dónde), escritores y creadores de opinión, mientras afirman ceñirse a "dar testimonio", propaguen la idea de que los políticos son todos igualmente malos, y favorezcan así el runrún de que los problemas de convivencia (la pandemia, lo de Cataluña, lo de las Autonomías, lo de la inmigración, la Sanidad o lo que sea) pueden tal vez arreglarse de un plumazo.

        

 

 

 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Mi caballo murió, mi alegría se fue

  

Para aclararle cómo conoció las tradiciones de Valverde, Diego Romero le canta a su hijo que él conoció "a una mujer divina que al cantar una habanera", con el pecho henchido y sin que cupiera distinguir entre música y letra, cantaba/decía:

            "Cuando cantes una habanera,

            no te importe si tu garganta

            las notas canta o no canta.

            Cuida, hijo, que la habanera

            se haga dueña en tu reunión

            poniendo en ella, más que garganta,

            el fuego ardiente del. corazón".

Creo que no se puede definir mejor lo que mis hermanos y yo vivimos desde pequeños en reuniones en la casa de mis padres, y que (ahora que está cerca la Navidad) volvía a repetirse mágicamente, mientras fue posible, cada año después de la Misa del Gallo en la casa de Diego y Ana María en el Pie de la Torre. Es una vivencia, por lo demás, que cada uno hemos llevado y trasplantado indefectiblemente a los ambientes en que nos hemos movido. 

Me conmovió mucho un vídeo de hace unas semanas que, con el título "Siente Valverde 10: La habanera", daba cuenta, en un guion lógicamente perfectible, del origen de la habanera misma y de su presencia y arraigo en Valverde, de la afición y educación musical de mi hermano Diego y de su contribución (también de otras personas) al cultivo y desarrollo de la habanera en el pueblo, así como de los esfuerzos que en éste se dan para que la tradición se mantenga y traslade a las generaciones siguientes.

Por las razones que apunto en el primer párrafo, ni el tema ni el vídeo podían dejarme indiferente. Entre las 467 visualizaciones del vídeo que el sistema registra (domingo 20 de diciembre a las 17.00h), entre ocho y diez son mías. Me siento implicado, y creo de razón que comparta con quien esto lea (siempre gente amiga) las sensaciones que he tenido.

A "la mujer divina" que todo el mundo me ha dicho que daba gloria oir cantar en la iglesia, y a la que mi hermano el mayor atribuye (poéticamente) el consejo sobre la habanera, a ella, yo no la recuerdo cantando en la iglesia ni entonando habaneras; la escucho cantando, en casa, "Mi caballo murió, mi alegría se fue"  (por cierto, un tango que tiene el privilegio de ser citado por Jean Paul Sartre en  L'âge de raison, aunque, literalmente, como "Caballo mio murio"). Y, seguramente por lo del caballo, veo a la vez a mi madre contenta con su ida a Sevilla para ver rejonear a Conchita Cintrón. Disparate caprichoso de mi memoria, porque Imperio Argentina lloraba en su tango a un "caballo pampero... que, si un compadre me insultaba, amigos, se enardecía, y su mirada brillaba como brillaba la mía". 

Pero sí es verdad que en mi casa se cantaba con frecuencia, se cantaba en reunión y se cantaban habaneras y canciones de Valverde; me acuden los títulos en aluvión: "Al pie de una verde palmera", "Al pie de unos abedules", "Estas lindas canciones", "Sal, mi bella pescadora", "Como sabes que te quiero", "Niña del pelo rubio", "En noche lóbrega galán incógnito", "Por ti suspira mi pecho amante", "Dime, niña, si pequé", "Alivia mi afán", "Al despertar las flores en la mañana",  "Siempre a la aurora", "Vizcaya es un bello jardín". Y villancicos, y el rosario de la aurora. Y sevillanas. Y pasodobles, y tanguillos y rumbas ... y coplas de murga.

El acompañante y animador por excelencia era mi tío Ildefonso Valero, que visitaba regularmente a su "chacha", mi abuela Manolita, y sentado al piano alentaba al cante. En momentos especiales, con el panel inferior del instrumento abierto contra sus rodillas.

En 1985 me tocó recabar el voto de otros países para Barcelona 92. En La Habana, me acerqué en el momento del café al pianista que amenizaba la comida semioficial en el reservado del hotel, y le pedí alguna habanera. Siempre había escuchado que de allí habían llegado a Valverde. Para mi sorpresa, aquel hombre me dijo que no se cantaban ni tocaban habaneras en Cuba; pero, "¡Cómo no, compañero!",  con "plaser" me acompañó a cantar "Al pie de una verde palmera" y alguna canción más.

Me ha extrañado mucho que en el vídeo no se haga mención alguna de don Manuel Lama, el primer maestro de música titulado con plaza oficial en Valverde, que ejerció gran influencia en la vida musical del pueblo, también en la formación de mi hermano Diego, y en la transcripción y fijación musical de buena parte del cancionero, sostenido hasta entonces solo en la tradición oral.

Aunque, lógicamente, he disfrutado con las interpretaciones de mi sobrino Fernando y de los hermanos Garrido (que, además, según me dicen, son nietos de Antonio, que siempre me llamó "pariente" y como tal me trató), yo creo que mi propio hermano Diego habría animado al guionista a incluir una "reunión" con la habanera como dueña por obra de unos cuantos que, sin importarles si "su garganta las nota canta o no canta", ponen en ella "el fuego ardiente del corazón". 

 

 

 

 

martes, 15 de diciembre de 2020

Mi primer yoghourt


  Hay elementos en nuestras vidas que, sin que uno logre explicárselo, operan como potentes imanes: atraen, amalgaman y, al final, condensan multitud de vivencias y hechos dispersos. Son seguramente recursos caprichosos de nuestra memoria, deudora siempre de sentimientos, punzadas, apegos y desencuentros que, en contra de lo que proclaman los historicistas, entretejen la objetividad viva de nuestras vidas.

            Es lo que me pasa a mí con el yogur y la familia de mi amigo Paco Malavé. 

            Vivían en la Calleja, una decena de casas por debajo de la mía: en la vivienda de abajo, Gregorio y Pepita con sus hijos Paco (Paquillo), José, Gregorio (Goro o Gorito), Manolo y Antonio; y en el piso, con entrada aparte desde la calle, la madre de Pepita, Teresa, con su hermana (la "tita Quelo") y una hija de ésta, Anita Rodríguez. 

        De mi pandilla formaban parte Paco con pleno derecho y, con permiso, José; en una relación más o menos similar a la existente entre mi hermano Manolo (Manolito) y yo. Juntos íbamos y veníamos de las Salesianas, juntos nos escapábamos corriendo a la Plaza con el pan y el chocolate (mejor el de los Malavé que el que nos daba a nosotros mi abuela) para no perdernos el "torito salvá, y juntos buscábamos los domingos a nuestros padres en espera de calderillas más generosas gracias a la alegría de la jarana compartida. Pero, sobre todo, gozábamos juntos del cariño de toda la familia en ratos de convivencia que, durante años, encontraron una extensión incomparable en Los Pinos.

            Los Malavé, un día, se fueron a vivir a Sevilla. Recuerdo haber visitado muy pronto, con mi padre, "Curtidos San Pablo", el negocio desde el que Gregorio parecía el amo de La Campana, cerca además de la valverdeña parada de Manolillo el de Aracena. 

            Cuando llegué a estudiar al seminario de Sevilla ya con dieciséis años, me fui una tarde a buscar la casa de los Malavé: avenida de Eduardo Dato, casi enfrente del Porta Coeli de los Jesuitas, en un solitario bloque de pisos. Lo primero que encontré fue a Pepita, la madre de Paco, y todo el cariño que aquella mujer sabía dar. Era la hora de merendar y, mientras llegaban sus hijos del cole, me preguntó que si me apetecía un yogur. ¡Ni el seminario ni mi abuela estaban para virguerías gastronómicas! Así que me tuvo que explicar lo que era y me aseguró que era muy rico. Goloso nato de la leche y de la nata, aquello me supo a gloria. Fue mi primer yoghourt. Danone, para más señas y en tarro de cristal, como el de la foto.

            Ayer me enteré de la muerte de Antonio, el más chico de los Malavé de la Calleja. Me acordé enseguida de mi primer yogur, como si en él recuperara condensada buena parte de mi infancia valverdeña.