jueves, 19 de noviembre de 2020

En el Día Mundial de la Filosofía: la utilidad de lo inútil


 

"La utilidad de lo inútil" es el título del librito-manifiesto de Nuccio Ordine publicado por Acantilado en 2017, y me parece más que apropiado para celebrar o, al menos, recordar que hace unos quince años la UNESCO decidió proclamar DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA el tercer jueves de cada noviembre, y por tanto, en el año 2020, el jueves 19 de noviembre.

Yo aterricé en la vida civil con veintinueve años y dos licenciaturas eclesiásticas: en Teología y en Ciencias Bíblicas. Si me hubiera asentado en la luterana Alemania o en la pérfida Albión, a la hora de buscar trabajo habría podido utilizarlas, al menos, como títulos universitarios habilitantes. Pero en la papista España de Franco, ni siquiera eso. Yo era un especialista de lo inútil. "¿Y eso para qué sirve?", me preguntaban quienes querían conocer mis posibles habilidades.

Todos sabemos que "filosofía" es, en su griego original, lo mismo que amor a la sofía, y suele añadirse que sofía es lo que en español llamamos sabiduría. 

 La RAE nos explica que sabiduría es el "grado más alto del conocimiento", "conducta prudente en la vida o en los negocios", "conocimiento profundo en ciencias, letras o artes" o, más genéricamente, lo mismo que noticia o conocimiento.

Pero, si nos vamos a los griegos, sofía fue antes que nada habilidad manual (en la Ilíada a Hefesto le ha enseñado Atenea la sofía del constructor de navíos), y luego habilidad poética; más adelante asciende a sabiduría o ciencia y, en particular, conocimiento de las causas, para volver por último al terreno de lo ordinario convertida en sabiduría práctica o, también, astucia.

La sapiencia de los latinos, de donde proviene directamente nuestra sabiduría, comparte con la sofía griega un étimon indoeuropeo (sop-/sap) que significa algo así como "jugo de las cosas". Si a los griegos les atrajo de entrada, como se ha visto, su manejo, el latino va antes que nada a disfrutarlo, principalmente por el gusto y el olor: saber es sacar el jugo a las cosas; saborear. O, también, la facultad misma del paladar. Luego pasa a significar sabiduría, prudencia, buen juicio (que es lo que Cicerón dice admirar en un amigo suyo); y Plinio muestra el deseo de "per sapientiam mori", morirse con pleno conocimiento. 

Para este año la UNESCO cree que el Día Mundial de la Filosofía debería llevarnos a:

1) Alentar el análisis, la investigación y los estudios filosóficos sobre los grandes problemas contemporáneos para responder mejor a los desafíos con que se enfrenta hoy en día la humanidad.

2) Sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia de la filosofía y su utilización crítica en las elecciones que plantean a múltiples sociedades los efectos de la mundialización o la incorporación a la modernidad.

3) Hacer un balance de la situación de la enseñanza de la filosofía en el mundo, insistiendo particularmente en las dificultades para su acceso.

4) Subrayar la importancia de la generalización de la enseñanza filosófica para las generaciones futuras.

5) Renovar el compromiso regional, subregional e internacional en favor de la filosofía.


Cuando voy con mis nietos más pequeños, Martín y Sabina, de cinco y tres años, lo que más hacen es preguntar. Me imponen su lección de filosofía.

 

 

 

 

 

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy interesante tu granito de arena al Día de la Filosofía. Pensar, investigar y realizar creo que son verbos (acciones) que nos vienen como anillo al dedo.