domingo, 5 de abril de 2020

Obviaverunt



Esta mañana mi hermano Silio (José Manuel) nos ha saludado en el grupo de whatsapp que tenemos los hermanos cantando desde su encierro el Pueri hebraeorum … He caído en la cuenta de que este domingo comenzaba la Semana Santa.
El Domingo de Ramos se une en mis recuerdos con tres vivencias, y no sabría decir si una de ellas tiene más intensidad que las otras.
La primera: mi hermano Manolito y yo, y supongo que los otros hermanos también, estrenábamos algo. Nos llevamos un año casi justo, y nos vestían iguales.
La segunda, la de los ramos. Pero ésta, doble: la vivencia común de los ramos, y la envidia de las inalcanzables palmas. Porque, en mi pueblo al menos, sólo llevaban palmas la gente muy principal.


La tercera es el canto procesional con el que ha iniciado el día mi hermano José Manuel y que todos entonábamos lo mejor que podíamos diciendo vete a saber qué: Pueri hebraerum portantes ramos olivarum obviaverunt domino…


Siempre me ha llamado la atención este vocablo del latín tardío, obviaverunt, que no recuerdo habérmelo encontrado en otro texto. “Los hijos de los hebreos, llevando ramos de olivos, salieron al encuentro del Señor…”. En el español actual, por cierto, sí me encuentro derivados suyos: el verbo obviar,  con el sentido de “evitar, rehuir, apartar y quitar de en medio obstáculos o inconvenientes” (en la lógica de que lo que a uno le sale al encuentro se le opone, le estorba); y el adjetivo obvio (con su substantivo obviedad), con el significado de evidente, que salta a la vista porque está delante.

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