El argumento es tan obvio que se antoja simple o, mejor
dicho, pensado para mentes simples: si en política lo que se quiere es ganar,
porque gobernando es como se pueden cambiar las cosas hacia lo que se considera
mejor, ¿a qué viene someter a primarias a quien está ya en el gobierno? ¿No se desatan
con ello tensiones innecesarias que de modo inevitable influirán negativamente
en la acción de gobierno, en la autoridad misma del presidente de gobierno
propuesto y apoyado por los parlamentarios votados en las listas del propio
partido? Más o menos esto es lo que se puede estos días leer o escuchar a más
de un amigo, y lo que abiertamente plantea Emiliano García Page al presentar su
candidatura para Secretario General en el proceso de primarias que acaba de
abrirse en el PSOE de CLM (aquí el vídeo oficial):
desde el respeto a los debates y las alternativas, advierte que una cosa fue lo
que se ventiló en Madrid (con lo de Pedro Sánchez y Susana), y otra, lo que
aquí nos jugamos ("Aquí estamos gobernando y nos jugamos ni más ni menos
que acabar en condiciones la legislatura, rematar el programa comprometido con los ciudadanos y llegar en
condiciones de revalidar el gobierno."). Y concluye: "La mejor manera
de ayudar a Pedro Sánchez para llegar a la Moncloa es que aquí ganemos las
elecciones municipales y autonómicas y demos testimonio directo en la gestión
de cómo cambian las cosas según quién gobierna, y que apoyando y haciendo
fuerza y política social, electoral, institucional, ayudemos a Pedro Sánchez a ser Presidente del
Gobierno".
La reacción, casi espontánea, es otra pregunta: si la cosa es tan obvia y
fácil de entender ¿cómo es que los militantes del PSOE, reunidos hace escasas
fechas en su XXXIX Congreso Federal, y estando todos, es de suponer, deseosos
de acertar con lo mejor para el papel de su partido en España, no cayeron en ella?
Podían haber aprobado una norma de
excepción nada complicada: que no hubiera primarias para Secretario General
cuando el que ya lo fuere ejerciera además de Presidente del gobierno de España
o de la Comunidad Autónoma correspondiente. Pero no sólo no ha sido así, sino
que, sin pararse a hacer excepciones que bien podían haber sido fruto de una
enmienda inteligente, el XXXIX Congreso ha proclamado lo siguiente:
"Las Primarias significan un avance cualitativo en la legitimación
democrática de los candidatos y una prueba inequívoca del compromiso del PSOE
de cambiar la forma de hacer y entender la política. Las Primarias han de
formar parte del nuevo modelo de partido, más abierto a la sociedad y sus
problemas, que impulse nuevas dinámicas de trabajo colectivo y fórmulas de
colaboración ciudadana y que estimule entre la mayoría social la acción y la
capacidad transformadora frente a un sistema injusto que causa profundas
desigualdades y exclusiones. Las Primarias se desarrollarán con criterios de
igualdad, transparencia, lealtad y sin descalificaciones; son una oportunidad
única para el debate de ideas ante la sociedad. De ahí que uno de nuestros
objetivos es que las Primarias abiertas se conviertan en una escuela de
democracia ciudadana" (Resoluciones 39 Congreso Federal. Comisión 3 Modelo
de Partido, pág. 143).
Las primarias no son una solución; son una invitación a que todos y cada
uno nos comprometamos en cambiar lo que a muchos no nos gusta y, según parece,
a buen número de votantes tampoco. Ni más ni menos: este PSOE, que se pretende
nuevo, tiene como uno de sus objetivos que las primarias se conviertan en una
escuela de democracia ciudadana. Y tiene que lograrlo. Primero, haciéndolas.
Luego, haciéndolas bien. Y por último, haciéndolas cada vez mejor. Con
criterios de igualdad, de transparencia, de lealtad y sin descalificaciones.
Me ha extrañado oír argumentar a Emiliano del modo en que lo ha hecho
en la presentación de su candidatura. Él
mismo ha sido Consejero durante años de gobiernos cuyo Presidente, siempre el
mismo, Pepe Bono, no era Secretario General del PSOE castellano-manchego, y no
hubo, que sepamos, problemas especiales: desde el año 1990 el Secretario
General del PSOE fue Juan Pedro Hernández Moltó, y a éste le sucedió en 1997
José María Barreda. Es verdad que entonces no se llegaba a Secretario General
por votación directa de los militantes, por primarias, sino a través de lo que
el vulgo llama mesa-camilla (donde no caben más de tres o cuatro personas) y
los más refinados conocen como cooptación.
Pero el caso es que no hay constancia de que el Presidente Bono se
sintiera debilitado por la presencia de un Secretario General del partido que
no era él mismo.
Y luego está lo de ganar elecciones para ayudar a que otro gane. Hay
estudios sobre lo escaso que puede ser el número de votos que añade o quita una
personalidad determinada, en ocasiones muy notable, al atractivo o el rechazo
que inspira un partido. Como el caso más
notorio de nuestra historia democrática suele citarse el de la descomposición
de UCD y el naufragio político del tan valorado Adolfo Suárez. Pues bien, el
PSOE de CLM no va bien. Por ceñirme a los ámbitos y tiempos en que Emiliano
García Page ha sido Secretario General
del partido, los datos son los siguientes:
1) En la provincia de Toledo, mientras
Emiliano fue su responsable provincial entre el año 1997 y el año 2012, el PSOE
obtuvo los siguientes resultados electorales :
A. En las elecciones generales: el 41,77 % de los votos en
1996, y el 29,24 %
de los votos en 2011;
B. en las elecciones autonómicas: el 48 % de los votos en
1995, y el 42,33
% de los votos en 2011;
C. en las elecciones municipales: el 39,52 % de los votos en 1995, y el 39,88 % de los votos en 2011;
D. y en las elecciones europeas: el 37,18 % de los votos en
1994, y el 38,3 %
de los votos en 2009.
2) En Castilla-La Mancha, siendo
Emiliano el Secretario General regional desde el año 2012, el PSOE ha obtenido
los siguientes resultados electorales:
A. En las elecciones generales: el 30,34 % de los votos en
2011, y el 27,31 %
de los votos en 2016;
B. en las elecciones autonómicas, el 42,33 % de los votos en
2011, y el 36,94
% de los votos en 2015;
C. en las elecciones municipales, el 39,88 % de los votos en 2011, y el 37,80 de los votos
en 2015;
D. y en las elecciones europeas: el 39,93 % de los votos en
2009, y el 28,73 %
de los votos en 2014.
Los datos no son como para estar satisfechos. Pero tampoco soy partidario
de avalanchas de especialistas demoscópicos improvisados como la que le cayó
encima a Pedro Sánchez para proclamarlo a todos los vientos, tras los
resultados de las elecciones generales de 2015, como culpable de en menos de
dos años haber llevado al PSOE al desastre: "el peor resultado de su
historia", habrá oído y leído por todos los rincones de esta España
nuestra cualquier lector que haya llegado a este punto de mi reflexión. No
pienso así. Ni en el caso de Pedro Sánchez entonces, ni en el de Emiliano
García Page ahora. Sencillamente creo, juntamente con la inmensa mayoría de la
gente con la que hablo sobre el tema, que el PSOE se "ha dejado muchos
pelos en la gatera". Han sido muchos años de grandes responsabilidades en
el día a día, y al final el instrumento, el gobierno, se acaba convirtiendo en
el fin. Como "el que la lleva la entiende", los mismos han de estar
en las instituciones, en los cargos orgánicos, en los órganos ejecutivos y en
los de control, y cuando se encuentran forman corrillos en los que sobramos los
demás.
Un ejemplo reciente e importante hemos vivido Castilla-La
Mancha. El Presidente García Page ha formado un gobierno junto con Podemos. Las
resoluciones del XXIX Congreso le ponían en bandeja la oportunidad de explicar
a los militantes de su partido (y a través de ellos a toda la ciudadanía) las
virtudes y los límites del acuerdo en que se ha basado su decisión. No ha sido
así. Todo lo que se nos ha explicado se
ha ceñido a un "acuerdo presupuestario". Pero la realidad es que,
cuando alguien me pregunta por qué para un acuerdo presupuestario ha habido que
crear una Vicepresidencia y una Consejería, con su organigrama y sus
competencias correspondientes, y entregarlas a Podemos, yo no tengo argumento
ninguno. Es más, si un docente me dice que gracias a que ha entrado Podemos en
el Gobierno de la Junta se va a reducir la carga de horas lectivas del
profesorado, ya que hace tan sólo días el Consejero de Educación decía que eso
era imposible por ahora, no tengo razones con que enriquecer la discusión. Y
estamos hablando, nada menos, que del PSOE y de Educación. Y también me deja
intranquilo que se sienten ahora en el Gobierno de la Junta personas respecto
de las que, según el Portavoz de ese Gobierno hace unos meses, “solo te
puedes sentir traicionado… La sensación es que [en Podemos] se lo toman a
broma. Se la bufa el futuro de Castilla-La Mancha”. ¿No hubiera sido mejor
contar con un montón de militantes y votantes del PSOE que compartieran
inteligentemente los motivos de este gobierno de los dos partidos?
"Corruptio optimi, pessima"
("la corrupción de lo mejor, la peor"): esta máxima puede explicar en
parte lo que sucede. Y la respuesta solamente es una: hay que abrir las
ventanas y dejar que entre aire fresco, recuperar lo mejor, remontarse de nuevo
a los principios inspiradores. Repensar lo óptimo.
En este sentido me gusta la postura humilde, más de escucha que de mitin,
del "impuntual trabajador de Renfe", el actual Alcalde de Azuqueca.
Creo que llegan a tiempo personas como él, que no vienen con varitas mágicas
sino con ganas de convocar a muchos. No tiene más poder que el que entre todos
le demos.
2 comentarios:
Lo hago mío por entero.Acertado análisis que difundiré. Gracias.
Gracias, Tomás. Un abrazo
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